Sobrevivo. Sigo viva. Paso por alto lo negativo, lo reprimo, lo guardo en lo más recóndido de mi ser o lo trasformo en historias que jamás pasaron. Junto memorias, me aíslo, me pierdo. |
Me deja pensando, odiando, amando...
Los amores juveniles son así. Obsesivos, absolutos, a todo o nada. Lo terrible es que muchos años después uno siga comportándose de la misma manera. Lo doloroso es que así se quede uno: siendo una maldita obsesiva.
Son el pasado y vos, juntos para siempre (y siempre es muy poco tiempo).
No hay comentarios:
Publicar un comentario